Vino la cuarentena, y todos los pastores nos fuimos al máximo nivel de comunicación audiovisual: En Vivo.
- Sin calentamiento previo con blogs de texto
- Sin iniciarse como podcaster.
- Sin pisar el mundo de las infografías.
- Sin quemarse con videos desde el escritorio.
- Sin sudar con micro-producciones para la FM/AM.
Tómalo como un milagro, o como “no hay otra”. Espero que perdure aún después de la vacuna.