El profeta, de Frank E. Peretti

El profetaAl fin me comí las 647 páginas de El profeta. Me tomó varios meses digerirla. Si no fuera por las 20 horas que me tomó llegar a Fortaleza, Brasil, aún estaría atragantado a un tercio de la meta.

No me tomó muchas páginas para deducir el tema —el aborto y su entremezcla política y económica—, y desde entonces mastiqué pacientemente la novela de Frank E. Peretti con la premisa de saber cuál es su planteamiento frente al aborto no penalizado, al menos en el terreno de la imaginación novelesca.

Por si aún no lo leíste, te lo resumo así: El profeta, un viejo protestante, descubre intuitivamente que fue un aborto mal practicado la causa de la muerte de la hija de un cercano. Mientras investiga e investiga, confirma su intuición y también su siguiente intuición: Que la hija del gobernador murió por la misma causa y forma, pero que él no hace nada debido a intereses políticos y económicos de por medio. El hijo del profeta, ya huérfano, también intuye, investiga y confirma los hechos —también descubre que la muerte de su padre no fue un mero accidente—, pero ahora tiene que echar por la borda su reputación de presentador de noticias, tiene que enfrentar al medio de comunicación pro abortista donde labora, tiene que estar dispuesto a quedarse sin empleo, si realmente quiere ser de los buenos y seguir los pasos de su padre.

La novela no termina con un triunfo rotundo pro vida, tipo “… y todos fueron felices”. Termina con un levanta tu voz; te escuchen o no, te cueste o no.

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