Estrategia de equipo

Estrategia de equipo

¡Si tienes una visión, entonces necesitas un equipo!

Para unos esto es su clamor, pues se sienten solos, a pesar de estar rodeados de muchos. Para otros, su siguiente desafío: tienen a la gente y la gente lo tienen a ellos, pero aún les falta aprender a “trabajar en equipo”.

Un gran ministerio es producto de un gran equipo
No existe historia de triunfador alguno sin nadie (equipo) al costado y detrás suyo. El que se propuso trabajar solo, ahora está tirado en la esquina. El que quiso demostrar que no necesita de nadie, ahora considera valiosísima y determinante la ayuda de otros.

Detrás de un gran ministerio hay un gran equipo, enorme en calidad, sobre todo. Lo puedes constatar en las 779 páginas de la autobiografía de Billy Graham (“Tal como Soy”). También lo puedes palpar en los nuevos ministerios que acaban de aparecer en el escenario.

Si Dios te ha llamado a un gran ministerio, será mejor que empieces a edificar un equipo.

La primera meta de un conquistador es establecer su propio equipo

Sino, pregúntale a Jesús. Durante su ministerio, ¡claro que sanó a cuanto enfermo del alma y corazón cruzó por su camino y viceversa! ¡Eso es cierto! Pero su propósito no fue sino establecer un equipo con quienes revolucionar el mundo. Esto ocupó su mente y agenda. Y se fue al cielo, pero dejó un equipo. Mt 10:16; 28:18-20

Si esto fue cierto para Jesús, ¿por qué no para ti también?

Hay un pre-requisito clave para que tengas tu propio equipo. Si no cumples con ella, dudo que lo logres. Ese pre-requisito es “ser parte de otro equipo”. ¿Acaso no es la mejor manera de aprender?

Una cosa es trabajar en grupo; y otra cosa es trabajar en equipo
Veamos algunas diferencias: En un grupo, la agenda se hace en el momento de la reunión; en un equipo, la agenda es la continuación de una anterior. En un grupo sus integrantes vienen para pensar; en un equipo, para presentar lo que han pensado. En un grupo sus participantes se reúnen para compartir información; en un equipo, la información fluye las 24 horas. En un grupo la participación es clave; en un equipo los enfoques son claves.

Muchos empleamos horas y horas en reuniones sin llegar a ningún puerto. Y lo que necesitamos no son más horas de reuniones, sino más efectividad en las reuniones. Es decir, actuar como equipo (no como grupo).

¿Haz escuchado el dicho “cinco cabezas piensan mejor”? ¡Esto es un absurdo! Cinco cabezas es un monstruo. Lo mejor es que esas cinco personas se ensamblen como “un cuerpo” (equipo). Los miembros de un cuerpo tienen distintas funciones e interdependen el uno del otro, pero todos apuntan a un mismo propósito. Y su mejor defensa son sus reflejos.

La formación de equipos es un proceso
Me gustaría orar por ti para que mañana a medio día ya tengas tu equipo. ¡Pero no es así! Formar un equipo requiere tiempo. Y no solo tiempo, también energía, lágrimas y mucho carácter. Pero después, un sentido único de utilidad lucirá tu rostro e invadirá tu corazón (lo contrario a activismo).

El proceso de conversión de grupo a equipo tiene varias etapas. La primera es una etapa de “infancia”. Los equipos infantiles se caracterizan porque suelen pelearse el uno con el otro, pero trabajan. Trabajan, pero peleándose el uno con el otro. ¿Se acuerdan de Pedro y Juan? Lc 22:244

Muchos líderes se frustran cuando en sus equipos hay choques y contrachoques. Pero saben, ese tipo de cosas es un indicador de que realmente están trabajando. Porque si se trata de evitar choques, la única fórmula es no trabajar juntos. ¿No quieres eso, verdad!

La segunda etapa es una etapa de “juventud”. Los equipos jóvenes se distinguen por su fuerza y pasión. Su poca experiencia la saben disimular con creatividad y velocidad. El asfalto que los mantiene unidos, no son las conveniencias egoístas, sino la certeza de que están allí porque Dios los trajo y punto.

La tercera etapa es una etapa de “adultez”. Los equipos adultos se identifican por su multiplicación en otros equipos (la segunda meta de todo conquistador).

Una de las claves en el desarrollo de equipos es la alta interacción del uno con el otro, pero con metas productivas. Lo otro es una constante capacitación teórica sobre como trabajar en equipo. Y sobre todo, seguridad genuina de que Dios los junto. Y eso no toma horas, sino meses.

Así que: Equipo
Una de las habilidades más solicitadas en el mundo de los negocios es la habilidad de trabajar en equipo. ¿Y quién dijo que esto no es cierto en los “negocios del Señor”?

Nuestra real necesidad no es de plata ni infraestructura. Lo que realmente necesitamos es gente (con ellos todo esto se hace y/o consigue). Es decir, realmente necesitamos un equipo, con alto nivel de eficiencia y productividad, y un alto grado de compromiso.

Yo creo que el clamor de todo conquistador debería ser: “Dios, dame un equipo y conquistaré el mundo para Cristo”. O al estilo de Moddy: “Denme 12 hombres que amen a Dios y odien al diablo, y transformaré este mundo”.

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