Impresiones en la Feria del Libro

Foto: ElComercio.pe

Siete horas fueron suficientes para quedar marcado irreversiblemente, en esta reciente Feria Internacional del Libro.

Te cuento lo que vi, y mis impresiones.

Vi harta juventud haciendo largas colas para entrar al recinto ferial. Y una vez adentro, los pasillas eran verdaderas avenidas peatonales, cada quien ingeniándose para desembocar en los stand, vitriniar libros, hojear uno que otro, y sufrir al doble para pasar por caja.

—¡Me volví con el paradigma —que los jóvenes no leen— hackeado!

Me inspiró a raudales ver tantas editoriales juntas. Te juro por mi gato que jamás imaginé que haya tanta empresa editorial made in Perú.

—¡Me volví diciéndole a mi hijo que el próximo año estaremos allí!

Me alegró en demasía encontrar libros de hermanos míos —de parte del Padre celestial— en librerías seculares. ¡Eso!, me dije. Es una magnífica manera de influenciar el pensamiento de una generación.

—¡Me volví comprendiendo mejor la gran comisión!

En el agitado mar de libros, sentí que un libro me suplicaba: ¡Llévame, llévame! Era sobre marcas poderosas. El autor ofrecía un análisis del rotundo éxito editorial de los libros sobre Harry Potter. Lo que me llevó a aterrizar en las siguientes conclusiones:

1) Los jóvenes sí leen, y

2) están interesados en cosas espirituales. —¿Y la iglesia? ¡En lugar de evangelizar el mundo, hemos hecho un mundo del evangelio!—.

—Me volví exclamando: ¡Habla, Señor, que tu siervo escucha!

Te regalo mi tercera conclusión: Si hay oferta de libros es porque hay demanda de lectores. ¿Qué falta? ¡Autores… creativos, originales y estratégicos, para hacerse y dejarse leer por tanta gente divagando como ovejas sin pastor!

¿Quién dijo «heme aquí, Señor»? —Te sugiero comenzar un blog!

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