Las chicas fueron mi fracaso

© gosphotodesign - Fotolia.com
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¿Cuándo las chicas, es decir, una relación sentimental, nos conlleva fracaso?

Antes de continuar, debo aclarar que las razones expuestas, involucra tanto a chicos y chicas.

Cuando sepultan tu visión
Cuando vemos a un joven con un fino oído musical, una cálida y modulada voz, una sazonada inspiración, y con sueños de hacer grandes cosas para Dios, y, además, intrépido en Dios, estamos viendo a un gran autor, compositor y cantante.

¡Ése es su potencial! ¡Hasta allí podría llegar!

Hay, al por mayor, jóvenes que sueñan con ser grandes y hacer grandezas. Pero muy pocos llegan a serlo y hacerlo. Seguramente que Pepito conoció a una señorita. Le gustó, y se gustaron. Se enamoraron. Invites por aquí, invites por allá. Que vayamos a caminar, a pasear. Poemitas, versos, etc.

¿ Y sus sueños? ¡Se ahogaron en su romanticismo!

Pero, como concretaría sus sueños si todo el día estaba pensando en ella, y muy poco en cómo mejorar su ministerio. Cómo, si toda su creatividad lo usaba para enriquecer su relación sentimental. Cómo, si con sacrifico apartaba tiempo de su recargada agenda (llena de citas con su enamorada) para ensayar con el grupo. Cómo, si todos los días su mente imaginaba los próximos días, al lado de ella. Cómo, si todo su talento lo explotaba para hacerla reír y verla feliz. Cómo, si su inteligencia estaba dedicado a diseñar su futura vida de casado. Cómo, si toda su fuerza juvenil lo invertía en serle lo más atractivo posible. Cómo, si con dolor invertía dinero en su ministerio y con pana cancelaba las facturas que la camarera le alcanzaba…¡ Cómo, pues no va a fracasar con tal estilo de vida!

No trato de convencerte de que no te debas tener enamorada (salvo que Dios te haya provisto del don de continencia) Tampoco de que no tienes derecho a cultivar una agradable e interesante relación sentimental. Si no, que, así como te prestas para lo uno préstate par lo otro. También usa tu creatividad, energía, tiempo y potencia, para enriquecer y ejercer cada vez mejor y efectivo servicio para Dios.

Cuando pierdes tiempo y terreno
Supongamos que Juanito haya usado 5000 horas exclusivamente para cultivar una relación sentimental. Y que después de llegar a la conclusión de que ella no era la mujer de Dios para él, y para asegurar a su futuro decidió terminar dicha relación ¿Qué consecuencias tendrá que manejar luego?.

Primero, ha perdido 5000 horas, y jamás podrá recuperarlos; segundo, tiene 5000 horas de retraso sobre su pista ministerial. Muy bien pudo usarlo para proyectar su ministerio y recorrer hasta determinado punto del total de su carrera. Claro que podrá continuarlo; pero ya ha perdido y se ha retrasado 5000 horas. Y sus consecuencias hubieran sido más terribles aún, si terca y locamente hubiese luchado por convencerse de que estaba con la mujer correcta siendo evidente su equivocación. (1Cor 9:26)

Esta pequeña historia nos enseña que una pequeña equivocación nos ocasiona pérdida de tiempo y retraso. Un acierto, una inversión, pero con algunas decenas de retraso, salvo que hayamos impedido que ésta trunque nuestro potencial y ahogue nuestra visión. Por lo cual los jóvenes tenemos que tomar en serio una relación sentimental. Y tomarlo en serio no siempre significa tener “buenas y sanas intenciones”.

Si queremos agradar al Señor y ser fructíferos y en nuestro servicio, pongamos en nuestra mente y corazón que no tenemos tiempo para jugar. Y que los juegos se cosechan fracasos en el ministerio.

Cuando arruina tu imagen
Estar jugando con los sentimientos ajenos, conciente o inconscientemente (el que tiene oídos para oír, oiga esto claramente), no sólo ocasiona pérdida de tiempo y retraso en la carrera. Pierde seriedad, reputación y confianza de los adultos. Generalmente los adultos entienden poco a los jóvenes por esto mismo. Y tienen razón por cuanto no les damos ejemplo en conducta y pureza. Pues, ¿ cómo podrán confiar en picafloreros y vaciloneros, que sin importarles hieren los sentimientos de una y otra “inocente”?.

La historia guarda docenas de jóvenes que se portaron así. Unos aparecen como los derribados en la pista de sus carreras ministeriales. Otros, en la lista de los “ no gratos” para muchas Iglesias. Pero, y gracias sean dadas a Dios, ahora mismo el Señor está levantando una nueva generación de jóvenes serios y confiables, sin que dejen de ser jóvenes. Y allí, quiera Dios, estamos tú y yo.

La palabra de Dios enseña que tenemos que buscar a nuestra mujer virtuosa, pero eso no significa que hay que “barrer” con todas las chicas que se nos cruzan, hasta hallarla. (Prov.31: 10)

Cuando no te preparaste
Cuando abandonaba mi adolescencia, yo ya era un predicador. Una y otra Iglesia me invitaban para predicar. En una de esas, luego de terminado el culto, muchos se me acercaban a saludarme, a animarme, a exhortarme, a interrogarme, etc. Recuerdo que entre tantas, una hermanita, de las que nunca faltan, aquellas que tienes pinta de profetizas, que hablan como teniendo autoridad, se me acercó, y mirándome muy firmemente a los ojos, empezó a recitarme citas bíblicas. Luego de darme el tercer versículo, me abrazó y comenzó a animarme. Mi corazón grababa cada palabra suya, hasta que presioné stop. Y es que me rehusé a almacenar su última frase: “¡olvídate de las mujeres!”, aunque si las escuche atenta y educadamente.

Creo que no soy el único que no ha sido exhortado con esa frase. Y los que han tomado en serio esas palabras, como del
Señor, han tenido serios problemas. Y es que decidieron olvidarse, y realmente se olvidaron. Y cada vez que les hablaban de ese tema, decían “ soy bastante joven para pensar en eso”. Para ya bastante avanzaditos, de pronto se dieron cuenta que estaban solos. Entonces, comenzaron a buscar sus idóneas. Entablaron una relación sentimental, y perdieron la cabeza. Y como no van a perderla, pues no se prepararon ni intelectual, ni emocional, ni siquiera oraron por sus idóneas, pues creían que Dios les caería con latigazo. Muy bien se prepararon para evangelizar, echar fuera demonios y declarar asuntos teológicos; pero no para manejar una relación sentimental y todos sus factores, o al menos adquirir una comprensión teórica.

Si no nos preparamos, lo más probable es que procedamos intuitivamente o siguiendo los patrones de la televisión, y fracasaremos. (2Tim.3:16,17)

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