Tras una visión

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¿Quiénes son los que van, directo y sin parada en distracciones, tras una visión? De la historia de Elías aprendemos 3 características:

No le temen al futuro
Si Elías hubiera vivido en este tiempo, sus líderes le habrían ofrecido una beca para el manicomio. Dios le envió a vivir a un lugar apartado, y le dijo que bebería del arroyo y le prometió que unos cuervos le traerían su comida. Y él le creyó. No hizo preguntas, y sin duda y sin murmuración, obedeció. Y ya estando en aquel lugar, exactamente lo que Dios le dijo que sucedería, sucedió (1 Reyes 17:1-7).

Muchos jóvenes no están en el lugar donde Dios les ha enviado. No han ido porque temen a lo que vendrá. Y creo que uno de los mayores temores tiene que ver con el área económica.

Elías no temió al futuro. Dios le señaló el lugar adonde tenía que ir, y también le dijo la forma en que lo sustentaría. Y creo que si Dios te envía a algún lugar, también te va a decir cómo te va a sustentar.

Si Dios te enviara a algún lugar y te dijera que tu alimentación seria provista por unos cuervos, ¿le creerías e irías?

No se manejan por circunstancias
A medida que avanzamos, a medida que experimentemos la provisión del Señor, nuestra fe se fortalece. La fe de Elías se robusteció luego de su experiencia en el arroyo de Querit.Pero el Señor quería llevar a su siervo a una dimensión mayor de fe. Así que lo envió a Sarepta y le dijo cómo se sustentaría. Esta vez era menos fantástico, pues la encargada seria una viuda; ya no unas aves.

Elías llegó a Sarepta, y por allí se encontró con la viuda. Ella no empezó la conversación, sino él; y le pidió un vaso de agua. Y mientras ella iba a traérselo, la llamó nuevamente y le dijo que también le traiga un pedazo de pan. Y para sorpresa nuestra, esta mujer no tenía ni para ella misma.A veces cuando uno va a ministrar a otros lugares, se encuentra con gente muy, pero muy humilde. Y a veces, movido por nuestros sentimientos y guiados por lo que nuestros ojos ven, nos rehusamos a servirnos de su mesa. Pero Elías no hizo eso. El no quiso creer lo que sus oídos oían y lo que sus ojos veían y lo que sus sentimientos le indicaban. Se decidió no creer esas circunstancias, sino lo que el Señor le había dicho: “Una mujer viuda te sustentará”.Elías pudo haber renegado del Señor. Habría orado así: “Señor, discúlpame pero creo que te haz equivocado; y me parece que tienes otros planes. Pues, no creo que puedas bendecirme a través de esta pobre viuda”. Quizá sus lideres y consiervos le habrían dicho: “Elías no seas abusivo. Tú haz sido un malvado; pues has despojado a una pobre mujer viuda”. Pero no. Elías no oro así, ni temió a lo que le iban a decir. Más bien se decidió a creer firmemente a la Palabra que recibió: “Una mujer viuda te sustentara”. Y no solo creyó en esa palabra, sino que también la confesó, y las circunstancias obedecieron a esa palabra.

Muchas veces cuando vamos tras una visión, encontramos difícil la cosa. Y a veces, en lugar de creer lo que Dios nos habló, preferimos creer lo que nuestros ojos ven. Pero de Elías aprendemos a creer y confesar la Palabra recibida. Él, cuando vio y oyó que las circunstancias no se ajustaban a lo que el Señor le había dicho, lo único que hizo fue confesar la Palabra recibida. Ante esa circunstancia adversa confesó: “La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta el día en que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra” (1 Reyes 17:8-16).

¿Ante una circunstancia adversa confiesas la Palabra que el Señor te ha dado, o permites las circunstancias te gobiernen?

No se distraen fácilmente
Luego de que Elías, nuestro hombre en referencia, ridiculizara y borrara del mapa a 450 profetas de Baal, tuvo que huir. Se enfrentó a 450 hombres valiente y victoriosamente, pero huyó de una mujer. Quitó sus ojos del Señor, y emprendió su retirada cobarde a Beerseba. Estando allí, fue por el desierto, y sentándose debajo de un enebro pidió que el Señor le quitara la vida (1Reyes 19:1-8).¿Qué pasó con nuestro Elías? ¡Se distrajo y perdió la visión! Una pequeñez lo distrajo. Así, muchos jóvenes están permitiendo que una pequeñez los distraiga. Aquellos que tienen la visión de ser ministros del Señor, se distraen cuando no aprenden a sujetarse a sus pastores; se distraen cuando no están involucrados y comprometidos con el trabajo de su iglesia local. Con frecuencia encontramos jóvenes que están dispuestos a orar por enfermos y a liberar endemoniados, pero no están dispuestos a sujetarse a sus pastores ¡y esto los distrae!Pero gracias sean dadas a Dios. Así como exhortó y desafió a Elías, así también lo hace con nosotros cada vez que nos distraemos. Así que toma esta exhortación y ponte en fa. De lo contrario, por distraído, retrasarás tu visión.

Conclusiones
Vayamos tras la visión que Dios nos ha dado. Si él te ha llamado para el ministerio, que el temor al futuro no te detenga y que las circunstancias no te gobiernen. Tampoco te distraigas mientras vas tras esa visión.

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