Al rescate del discipulado

Mi padre nunca me dijo «te voy a discipular» —y bien que lo hizo—, y tampoco le escuché mencionar «hacer discípulos» en su entorno pastoral. La explicación es simple: Mi padre terminó el Instituto Bíblico en 1959, y sus maestros nunca le hablaron de discipulado a pesar de estudiar innumerables veces Mateo 28:19. Estos maestros fueron instruídos con la Reina Valera 1909, donde dice «adoctrinad a las naciones», y todavía no conocían la Reina Valera 1960 donde recién se traduce «haced discípulos» el imperativo de la gran comisión.

http://www.justollecllish.com/wp-content/uploads/2012/07/Al-rescate-del-discipulado.jpgFue en los 90 cuando se descubrió el término discipulado. Por treinta años siempre estuvo allí, pero ahora recién empezaba a ser subrayado. ¿Se podría decir que fue un descubrimiento de JUCUM? ¡Es bastante probable! No por gusto entraron en apogeo con sus escuelas de discipulado, donde recibían a cientos de jóvenes de distintos países, y luego de unos meses lo devolvían a sus iglesias transformados de gatos en leones. Incluso las escuelas nacionales de discipulado que surgieron fue a raíz de experimentar previamente las escuelas de JUCUM.

En los años 2000 el discipulado pasó a ser un asunto de iglesia local. ¡Para qué enviarlos afuera si podemos hacer algo similar adentro!, fue la reflexión. Incluso se llegó a sistematizar el discipulado como respuesta al «si me amas, apacienta mis ovejas». Indudablemente G12 se llevan el grammy al software de discipulado del año.

Intitulé a este artículo Al rescate del discipulado, pues en su evolución histórica veo elementos olvidados a rescatar, principios manipulados a liberar, y verdades empañadas a clarificar.

¿Qué rescato del discipulado de los 60? La relación discípulo-maestro. Sustituirlo hoy por una relación discípulo-discipulador es restarle gloria. Ser maestro implica madurez, recorrido, experiencia, historial, producción; por lo que relacionarse intencionalmente con un maestro es poderosamente enriquecedor. El discipulador, transfiere conceptos. El profesor, transmite conocimientos. El maestro imparte vida.

¿Qué rescato del discipulado de los 90? El proceso del discipulado. En los 60 el proceso estaba asociado a currículas de institutos bíblicos a tiempo completo, y en las iglesias locales a 3 noches de campaña de edificación. En los 90 a un verano internado para orar y estudiar la Biblia. Y en los 2000 a una serie de encuentros y/o eventos por el resto de la vida cristiana.

¿Qué rescato del discipulado de los 2000? La democratización del discipulado. En los 60 el discipulado era exclusivo para estudiantes de seminario. En los 90 para los que podían pagar un verano con Dios y la Biblia. Pero en los 2000 siempre hay fechas disponibles para irse a un encuentro, o a un evento con oradores internacionales. Lo negativo de esta democratización es que (1) los maestros ya no producen discípulos, sino el sistema de moda, y (2) la receta de experiencias para acelerar la maduración de los polluelos.

Concluyendo

El discípulo que realmente desea madurar requiere un maestro en su vida, más que un discipulador. Nuestro Señor lo estableció cuando dijo que el discípulo no es mayor que su maestro, mas si se perfeccionare (madurara) sería como su maestro (Luc 6:40).

Significa que lo que se requiere es de incontables maestros —más que sistemas— dispuestos a invertir sus vidas en otros. ¡Porqué creen que el apóstol Pablo (Tit 1:5) abogó porque se establecieran ancianos en las iglesias! ¡O porqué creen que el apóstol Pedro (1Ped 5:1-4) escribió una súplica a los ancianos!

Hoy por hoy es imposible vivir sin sistemas —¡y gloria a Dios por ello!—, y se requiere que los maestros tengan uno, pero no que el sistema tenga al maestro. La idea es que el discípulo se someta al maestro, y no al sistema del maestro. Y si de masificar se trata, que sea de maestros, no del sistema.

Al-rescate-resumen

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