Hay algo que deberíamos aprender —los que enseñamos liderazgo juvenil en Perú— de los speakers de la versión hispana de Youth Specialties. No lo proclaman ni en sus cumbres ni en sus convenciones, pero se respira cuando lo hacen.

Aquí va.

1) Podrías jubilarte sirviendo a jóvenes

Todos los pastores principales, o mejor dicho, casi todos, dieron sus primeros pasos en el ministerio sirviendo a jóvenes. Hasta que crecieron, maduraron, y al fin entraron a algo más serio y meta final.

Nadie se atrevió a cuestionar este modus operandi, hasta que llegaron los de Especialidades Juveniles predicando con los labios y el ejemplo que dedicarse al ministerio con jóvenes es tan digno que hasta podrías servir como líder de jóvenes hasta los últimos días de la vida.

¿Ahora entiendes por qué hay cuarentones y cincuentones en sus afiches?

Ni lo uno ni lo otro es la norma, pero al menos es un testimonio para los que no dejan de soñar con jóvenes, a pesar de que ya no son uno de ellos.

2) Tu influencia internacional como líder se consolida cuando escribes libros

Desde hace muchos años tenemos en Perú varios casos de éxito en cuanto a ministerio con jóvenes se refiere.

Varios de ellos podrían, con absoluta autoridad, dar memorables charlas magistrales al Cuerpo de Cristo en Iberoamérica sobre cómo trabajar con jóvenes.

Si no los vemos brillar en los grandes escenarios es por una simple razón: ¡no escriben libros! Y como no escriben, no sienten la necesidad de recurrir al marketing internacional a fin de bendecir más allá de su congregación local.

¿Qué hace Especialidades Juveniles? Darles micrófono a los que tienen algo serio e importante que decir sobre juventudes. Pero no a todos los que dicen tener algo serio e importante que decir, sino a los que primero lo plasmaron en varias docenas de hojas —y otros requisitos obvios—.

¿Ahora entiendes por qué su carta de presentación es un catálogo de libros?

3) Un modelo de negocio como soporte de un movimiento

Si mi memoria juvenil no me falla, desde que Billy Graham Evangelistic Association nos regaló el evento juvenil más glamuroso a finales del siglo pasado, los que directa e indirectamente estuvimos involucrados hemos soñado con repetir el plato. Por supuesto que se hicieron grandes eventos juveniles los años siguientes, pero nunca más con la maravilla de producción que Billy nos permitió.

Hasta que llegaron los de Especialidades Juveniles con una propuesta de escenarios repletos de tele predicadores y extrellas de la adoración. Y no una vez; y tampoco sólo en Perú.

La pregunta sospechosa sería: ¿Son exageradamente filantrópicos, o es un gran negocio?

Primero: Está demostrado que es posible conseguir donativos para un gran evento, pero no para hacerlo cada año.

Segundo: Los que estamos envueltos en eventos sabemos que en el mejor de los casos se cubre la inversión.

¿Entonces?

Analizando quirúrgicamente, veo que Especialidades Juveniles es un movimiento cuyo soporte económico es su proyecto editorial. Si la misión final no fuere vender libros —y otros servicios empacados profesionalmente—, sería insostenible el movimiento.

¿Ahora entiendes por qué sus expositores de fondo son autores de la misma casa editorial?

Para cerrar

Me parece que nos faltaba estos 3 ingredientes para sostener los distintos movimientos juveniles que vimos nacer en Perú. Ahora ya tenemos cuarentones en el liderazgo juvenil. Lo que nos falta es escribir y crear un soporte económico para sostener el movimiento.

[box type=»alert» size=»large» style=»rounded» border=»full»]¿Qué otras lecciones para líderes crees que deberíamos aprender de Especialidades Juveniles?[/box]